domingo, 19 de febrero de 2012

Honestidad brutal (I)



Llega un momento, en la vida de todos, en donde hay que decir las cosas, ser valiente y hablar de ciertos temas. Precisamente ése momento, que uno no quiere que llegue, porque quizás el hablar implica abrirse, hacerse vulnerable, quedarse en bolas en la plaza pública. Hoy me toca a mi, hacerlo en éste post. Hoy voy a tratar un tema muy jodido, que pocos han tratado últimamente.
Antes de comenzar, debo reconocer que es fácil tocar temas superficiales, y hablar sobre temas banales como el tiempo, el partido de ayer, el descuento de la tienda del shopping, o que horror esa ley que los putos políticos no quieren aprobar. 
Claro, putos políticos. Va con insulto, si no, no tiene gracia, si no lo hago podría pensar la gente que estoy a favor de ellos, y en ésos casos siempre hay algo de donde agarrarse para estar en contra, resultando un blanco fácil de putear. Además, cuando agrego el insulto me carga de valentía, -"FUA! Que bolas tiene éste para decirle 'putos' a los políticos!". -"Miren que macho que soy, insulto y me la banco! sin esconder la mano al tirar la piedra!". Putos políticos, además meto a varios, no me quedo en la chiquita, tiro a troche y moche, sin piedad, porque mas de uno es culpable. Si prestamos atención, hasta el orden de las palabras importa. No es lo mismo decir "políticos putos" que "putos políticos". Ésta última, tiene mucho más huevo, porque insulto primero y el golpe de la palabra inicial capta la atención. Dos palabras que me hacen estar en contra del malvado sistema, en contra de todo lo malo y a favor de todo lo bueno. Frase universal que traducida a cualquier idioma debe significar lo mismo escrita en cualquier medio o dicha en cualquier ámbito.
Por ejemplo, en un cumpleaños familiar, quien diga "putos políticos" llama la atención. Sin importar quién cumpla, sea una charla en un cumple de un niño de 1 año, o en el del abuelo de 67. Otra variante puede ser usada en un ámbito de enseñanza. La efectividad de un insulto a los políticos en la enseñanza es directamente proporcional al grado de la carrera. Y no nos olvidemos, del -irónicamente- ambiente político. En determinadas situaciones, curiosamente puede no ser interpretado como un auto-insulto. El "putos políticos" es el "This is sparta!" en de los políticos.
De todas formas, mas allá de esto, debo centrarme en el tema que iba a tratar, pero éste post se me está haciendo muy largo y no sería cómodo para leer en el bus, por lo que en la próxima me la juego.

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