jueves, 23 de mayo de 2013

Tecito


No debe haber articulo más misterioso que un sobrecito de Té. No es joda. Posta.
Esta ahi, cerrado, y nadie se pregunta que es lo que contiene. Simplemente creemos lo que hay, aún cuando el sobre tiene una textura clara que no nos permite ver 100% el contenido interior.
Entonces, totalmente confiados, sumergimos en agua caliente el sobrecito, y al ver que el líquido se tiñe de amarillo/naranja, entonces aprobamos interiormente que el producto que compramos es válido, casi parcialmente digamos, hasta que lo probamos y tiene gusto a Té.
Pero en el medio de esto, no te preguntaste si ¿Rrealmente el Té de bolsita tiene Té realmente en su interior? ¿Si justo te estás tomando la Pasta Base del Té?
Hay productos en los que uno puede comprobar su calidad con eficacia, por medio de nuestros sentidos (y eso que es una forma trucha de comprobar la calidad, porque son rápidamente engañables), pero en el caso del té, son pocas las variables que tenemos para comprobar y muchas las probabilidades porque no nos dejan ver su interior!
¿Y lo peor? Que nunca (salvo casos accidentales que son muy molestos) vas a saber si el saquito estaba contaminado o tenía algo raro adentro porque cuando lo termines de usar, lo tirás cerrado!
No es por sembrar el pánico, ni mucho menos, pero creo que hay una mafia del Té.
Durante años servían Té a la realeza, con productos cuidadosamente seleccionados, de los jardines del Reino. Ahora, varios años después, y con afán de maximizar ganancias en un sistema completamente hambriento de utilidades para los inversionistas, procesan ramas y deshechos de insectos en lugar de hierbas y hojas nutritivas, que con colorantes del sabor comercializado, satisfacen a los clientes más exigentes, pasando tranquilamente por sus "controles sensoriales de calidad".

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