Definir orden y desorden es bastante arbitrario.
Lo que para uno está muy bien ordenado, para otro puede ser un desastre total, y lo que para uno es un desorden increíble, para otros es aceptable y correcto. Pero más allá de eso, se trata de toda una filosofía de vida, profunda y para nada banal.
¿Dónde guardo las llaves? Siempre en el mismo lugar, que puede ser arriba de la mesa, o el llavero, en lugar del cajón. Esto puede sonar obvio. Pero, ahora, hagamos un poco de cuentas.
El ser humano puede tener un promedio de 200 pertenencias, dentro de las cuales se incluye la ropa, accesorios, hobbies, y algún otro objeto personal. Todas estas pertenencias deben guardarse en algún lado, así que tenemos 90 lugares para guardarlos (tomando en cuenta que algunos lugares están repetidos). Algunas cosas cambian de lugar, como por ejemplo la ropa de invierno con la de verano, el transformador del celular, o la remera que fue a lavar, durante un día usamos 15 lugares de para ésas pertenencias, totalizando 5475 sitios para ordenar por año. Si contamos las veces que usamos las cosas que son por lo menos dos (al sacarlo de su sitio y al colocarlo) tenemos un total de 10950 acciones sobre los objetos, por lo que quieras o no a lo largo de tu vida vas a estar ordenando cosas casi un millón de veces.
Ahora me pregunto, vale la pena? Se puede utilizar ésa energía en otra cosa? Einstein usaba el mismo tipo de saco y camisa para no tener que gastar tiempo en pensar que ponerse. No hay datos acerca de cuán ordenado era.
Y vos, ordenás 15 veces o más por día? Cuanto te falta para el millón?
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